Francisco Marhuenda - Nociones básicas - Bibliografía básica
domingo, 29 de junio de 2014
sábado, 28 de junio de 2014
EEUU y Rusia: dos modelos o cosmovisiones para el futuro
Luis Palacios Bañuelos - Nociones básicas - Bibliografía básica
viernes, 27 de junio de 2014
Economía y guerra en los Estados Unidos de América
ALSE - Anecdotario
Como pudimos ver en la anterior anotación del profesor Luis Palacios, Los Estados Unidos y la Guerra Mundial, la neutralidad del país norteamericano al comienzo del conflicto no impidió que se desarrollara un extenso comercio con los países beligerantes, así como la concesión de numerosos préstamos monetarios. En las siguientes líneas vamos a analizar con mayor profundidad el alcance económico que tuvo la guerra antes y durante la intervención militar de los Estados Unidos.
Pese a la dureza de la guerra y a la pérdida de algunos buques mercantes, con la consecuente desaparición de vidas de ciudadanos americanos, la política de no-intervención militar directa siguió vigente hasta la primavera de 1917. Hasta aquel momento, el mayor interés de los Estados Unidos en la guerra era el financiero. La potencia económica del país norteamericano era vista desde Europa como una fuerza formidable. La prensa, en multitud de ocasiones, se hacía eco de este extremo y aportaba con frecuencia datos que corroboraban aquella idea. La revista barcelonesa Hojas selectas señalaba que antes de la entrada en el conflicto, Estados Unidos «andaba sobrante» de recursos monetarios, «hasta el extremo de que las reservas de los Bancos nacionales excedían de mil millones de dólares a la suma de los Bancos de Inglaterra, Francia, Rusia, Alemania, Italia, España, Holanda, Dinamarca y Suiza». El redactor sentenciaba: «Los gobiernos de Francia e Inglaterra no tuvieron entonces más que alargar las manos para recibir […] en calidad de empréstitos las cuantiosas sumas que durante los dos primeros años de lucha habían invertido en la adquisición de material de guerra»1.
El profesor Palacios, como pudimos ver en la anterior anotación, cifra en cerca de dos mil millones de dólares el valor de los préstamos concedidos por Estados Unidos a los países europeos, en particular a Francia y a Inglaterra.
Los empréstitos con frecuencia iban acompañados de una visita oficial de la delegación diplomática del país que iba a recibir el dinero, dejando así llamativas imágenes que daban la vuelta al mundo, como en el caso de la imagen mostrada a continuación, en la cual se puede observar a los comisionados del gobierno italiano recibiendo un cheque por valor de cien millones de dólares de la mano del señor Mac Adoo, ministro del Tesoro.
La entrega del cheque a los italianos formó parte de la misma estrategia que se había estado llevando a cabo desde el principio del conflicto. Sin embargo, la situación bélica ya era completamente distinta: Estados Unidos iba a la guerra. Aquella circunstancia cambiaría, de forma radical, toda la dinámica económica que hasta el momento el país norteamericano había tenido. Todos los sabían: el primer pensamiento de los periodistas británicos fue aquel que auguraba que la entrada en las hostilidades junto a los aliados iba a suponer un impulso económico decisivo3.
Pese a la dureza de la guerra y a la pérdida de algunos buques mercantes, con la consecuente desaparición de vidas de ciudadanos americanos, la política de no-intervención militar directa siguió vigente hasta la primavera de 1917. Hasta aquel momento, el mayor interés de los Estados Unidos en la guerra era el financiero. La potencia económica del país norteamericano era vista desde Europa como una fuerza formidable. La prensa, en multitud de ocasiones, se hacía eco de este extremo y aportaba con frecuencia datos que corroboraban aquella idea. La revista barcelonesa Hojas selectas señalaba que antes de la entrada en el conflicto, Estados Unidos «andaba sobrante» de recursos monetarios, «hasta el extremo de que las reservas de los Bancos nacionales excedían de mil millones de dólares a la suma de los Bancos de Inglaterra, Francia, Rusia, Alemania, Italia, España, Holanda, Dinamarca y Suiza». El redactor sentenciaba: «Los gobiernos de Francia e Inglaterra no tuvieron entonces más que alargar las manos para recibir […] en calidad de empréstitos las cuantiosas sumas que durante los dos primeros años de lucha habían invertido en la adquisición de material de guerra»1.
El profesor Palacios, como pudimos ver en la anterior anotación, cifra en cerca de dos mil millones de dólares el valor de los préstamos concedidos por Estados Unidos a los países europeos, en particular a Francia y a Inglaterra.
Los empréstitos con frecuencia iban acompañados de una visita oficial de la delegación diplomática del país que iba a recibir el dinero, dejando así llamativas imágenes que daban la vuelta al mundo, como en el caso de la imagen mostrada a continuación, en la cual se puede observar a los comisionados del gobierno italiano recibiendo un cheque por valor de cien millones de dólares de la mano del señor Mac Adoo, ministro del Tesoro.
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Miembros de la comisión italiana reciben un cheque por valor de cien millones de dólares. Año 1917 2 |
La entrega del cheque a los italianos formó parte de la misma estrategia que se había estado llevando a cabo desde el principio del conflicto. Sin embargo, la situación bélica ya era completamente distinta: Estados Unidos iba a la guerra. Aquella circunstancia cambiaría, de forma radical, toda la dinámica económica que hasta el momento el país norteamericano había tenido. Todos los sabían: el primer pensamiento de los periodistas británicos fue aquel que auguraba que la entrada en las hostilidades junto a los aliados iba a suponer un impulso económico decisivo3.
martes, 24 de junio de 2014
Los Estados Unidos y la Guerra Mundial
Luis Palacios Bañuelos - Nociones básicas
Los Estados Unidos proclaman su neutralidad ante el conflicto bélico que estalla en Europa siendo así fieles a su política de no intervención en los asuntos europeos. Su entrada en la guerra, en 1917, será la inyección que los aliados necesitan para el logro de la victoria. Esta neutralidad de los primeros años no impedirá, sino todo lo contrario, que se lleve a cabo una carrera comercial para abastecer las necesidades de material y de alimentos de los países en guerra. Los Estados Unidos aprovechan la coyuntura para conquistar los mercados abandonados por Europa, como los de América Latina.
Las compras de los beligerantes crean entre los Estados Unidos y la Entente una solidaridad económica y financiera. Especialmente Francia y Gran Bretaña habían obtenido de los Estados Unidos créditos bancarios por un importe de cerca de dos mil millones de dólares a finales de 1916.
La intervención
Todo el comercio de Estados Unidos-Entente debía hacerse por mar y el bloqueo británico y la guerra submarina alemana hacían peligroso el tráfico por el Atlántico. De ahí que Wilson se convirtiera en el defensor de la libertad de los mares. Las protestas americanas se hicieron duras tras el hundimiento de los trasatlánticos Lusitania y Sussex y llevaron al presidente Wilson a plantear un ultimátum a Alemania en 1916.
Las compras de los beligerantes crean entre los Estados Unidos y la Entente una solidaridad económica y financiera. Especialmente Francia y Gran Bretaña habían obtenido de los Estados Unidos créditos bancarios por un importe de cerca de dos mil millones de dólares a finales de 1916.
La intervención
Todo el comercio de Estados Unidos-Entente debía hacerse por mar y el bloqueo británico y la guerra submarina alemana hacían peligroso el tráfico por el Atlántico. De ahí que Wilson se convirtiera en el defensor de la libertad de los mares. Las protestas americanas se hicieron duras tras el hundimiento de los trasatlánticos Lusitania y Sussex y llevaron al presidente Wilson a plantear un ultimátum a Alemania en 1916.
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Reconstrucción gráfica del hundimiento del Lusitania. Año 1915 |
domingo, 22 de junio de 2014
La guerra económica, naval y submarina
Luis Palacios Bañuelos - Nociones básicas
En una guerra tan larga como ésta, la victoria queda condicionada también por las fuerzas económicas así como por los efectivos bélicos. De ahí que tengamos que tener en cuenta la movilización de los recursos económicos nacionales así como la utilización de los recursos del resto del mundo.
Movilización de los recursos económicos nacionales
Cada Estado beligerante va a pasar bruscamente del liberalismo al dirigismo económico. Este dirigismo se lleva a cabo mediante el control monetario, del comercio exterior y de la distribución de los productos:
Explotación de los recursos mundiales
Esta explotación suponía el control de los mares, que a comienzos de la guerra está en manos de la Gran Bretaña. Este control de los mares lleva a Gran Bretaña a proclamar el bloqueo de Alemania en agosto de 1914, a persuadir/obligar en alta mar a los neutrales y poniendo cupo a sus importaciones para impedir el abastecimiento de Alemania a partir de sus puertos, canalizando la Entente los productos del mundo entero.
Por su parte, Alemania no intenta vencer a la flota inglesa más que en una batalla naval, la de Jutlandia, el 31 de mayo de 1916 que supuso una semivictoria alemana, el dominio de los mares continúa en manos de los aliados, y la respuesta alemana llega con la guerra submarina a fin de asediar a Inglaterra.
Movilización de los recursos económicos nacionales
Cada Estado beligerante va a pasar bruscamente del liberalismo al dirigismo económico. Este dirigismo se lleva a cabo mediante el control monetario, del comercio exterior y de la distribución de los productos:
- Control monetario; inconvertibilidad del papel-moneda, que deja de ser reembolsable en oro.
- Control de comercio exterior, de la distribución de las materias primas, la de producción.
- Control de la distribución de los productos de consumo, mediante las cartillas de racionamiento, fijación de precios, etc.
Explotación de los recursos mundiales
Esta explotación suponía el control de los mares, que a comienzos de la guerra está en manos de la Gran Bretaña. Este control de los mares lleva a Gran Bretaña a proclamar el bloqueo de Alemania en agosto de 1914, a persuadir/obligar en alta mar a los neutrales y poniendo cupo a sus importaciones para impedir el abastecimiento de Alemania a partir de sus puertos, canalizando la Entente los productos del mundo entero.
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Acorazado británico HMS Orion del tipo superdreadnought, cerca de Portshmouth |
Por su parte, Alemania no intenta vencer a la flota inglesa más que en una batalla naval, la de Jutlandia, el 31 de mayo de 1916 que supuso una semivictoria alemana, el dominio de los mares continúa en manos de los aliados, y la respuesta alemana llega con la guerra submarina a fin de asediar a Inglaterra.
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